Conquista de lo inútil es un libro escrito por el director de cine Werner Herzog. El libro es un diario escrito por el mismo director durante la filmación de Fitzcarraldo en el año 1982. El diario permaneció inédito hasta el año 2004, cuando fue publicado con el formato de un libro. Compartimos con ustedes el prefacio y el prólogo, para invitarlos a leer el libro completo.
Conquista de lo inútil
Prefacio a la edición alemana
Por motivos que me son desconocidos, no me fue posible siquiera leer los diarios que escribí durante mi trabajo en la película Fitzcarraldo. Hoy, veinticuatro años más tarde, me resultó fácil, aun cuando técnicamente no fue sencillo descifrar la propia letra, que en aquel entonces estaba reducida a un tamaño microscópico.
Estos textos no son un informe de filmación —apenas si se la menciona—, y diarios son sólo en el sentido más amplio: son otra cosa, más bien paisajes interiores, nacidos del delirio de la jungla. Pero tampoco de eso estoy seguro.
W. H.
Enero de 2004
Prólogo
Con la descabellada furia de un perro que ha hincado los dientes en la pierna de un ciervo ya muerto y sacude y tironea al venado caído de modo que el cazador abandona la tarea de calmarlo, se prendió de mí una visión, la imagen de un gran barco de vapor sobre una montaña: el barco bajo el vapor serpenteando hacia arriba por su propia fuerza una pendiente pronunciada en la jungla, y encima una naturaleza que aniquila por igual a los quejosos y a los fuertes, la voz de Caruso que hace enmudecer todo dolor y todo grito de los animales de la selva y que extingue el canto de los pájaros. Mejor: los gritos de los pájaros, porque en este paisaje, inacabado y abandonado por Dios en un rapto de ira, los pájaros no cantan; gritan de dolor, y árboles enmarañados se pelean el uno contra el otro con sus garras como gigantes, de horizonte a horizonte, en el vapor de una creación que aquí no fue acabada. Jadeantes de niebla y agotados se yerguen en este mundo irreal, en una miseria irreal, y yo, como en la stanza de un poema en una lengua extranjera que no entiendo, me encuentro allí profundamente asustado.